21 de marzo de 2008

Marco Antonio

Es doloroso, escribir esto, espero que él nunca lo lea.
Es Marco Antonio Solís el que desencadenó todo.

Conocí a Solís porque la gente que trabaja conmigo pone la radio el día entero, y en la emisora que a ellas les gusta, Marco Antonio la lleva, lo aman, lloran, y sufren con y por él.

Vino a Viña del Mar a cantar, lo vi en la TV, por flojera de cambiar el canal, con su coro de tres mujeres.
Ese coro me llevó por antonimia al recuerdo del coro de las tres deidades de Pink Floyd, moviéndose con una emoción perfectamente contenida y unas voces supinas.
Luego vino una entrevista a Solís.
No lo había visto de cerca. Vi su cara, y pensé, aspirando con los dientes cerrados una "ese", lleva marcada en la mirada la señal de los amores no correspondidos.

Eso es lo doloroso. Porque me acordé de ti.

Yo traté de amarte tantas veces, cuando te conocí vi lo mismo, y después me dio pena y vino todo. No hubo posibilidad de evitarlo.
Veo a alguien y sé perfectamente cómo será la relación, y si termina bien o mal, si es que termina.
He tratado de vencer el sino de la primera impresión, he puesto vallas y trucos o inclusive con el tiempo se me ha olvidado, hasta que ocurre y recuerdo ese primer impacto, un vaticinio.
Y tú eras así.
Es curioso, por qué a esas personas les pasa.
Evidentemente se acercan a la persona equivocada.
Y las que les corresponden a ellos, no les gustan.
Tienen aspiraciones mayores. Están en un tránsito incómodo.
No han llegado al lugar que necesitan para obtener el amor de ella, y ya salieron del otro lugar donde están las que les correspondían. Eso pasa.
Huyo a mil de esos hombres.

Terminé aprendiéndome las canciones:
"..y dale un beso a éeeel,
a veeeer si se te eriiiza
igual la pieeeel..."

y le di un beso a Andrés y la piel se me erizó.

19 de marzo de 2008

Existe un lugar sólo uno en la eternidad
sólo hay un lugar donde las dos orillas están tan cercanas
que el ser humano puede construir un puente.

13 de marzo de 2008

Que el hombre no existe
Que es sólo dios hablando consigo mismo

2 de marzo de 2008

A su salud!

Recién bajo una pierna de la cama, y dolor de agujas se clavan en las pantorrillas y tobillos.
Estiro la venda elástica y le doy vueltas sobre una pierna, luego la otra, sintiendo que las heridas tiran y arden.
Me vuelvo a acostar con las almohadas para que las piernas estén en alto.
El velador ya colapsó de vasos, remedios, cuadernos, teléfonos, las cosas ahora invaden cada día más mi cama, libros, revistas, diarios, lápices, controles remotos de la tv, el dvd, la radio, dvd,s cds, los anteojos, los pañuelos, y mi gato Alvarito que insiste en acostarse sobre la herida, para sanarme, pensé, porque nunca se acuestan ahí.
No llega nunca mi amiga Pauli, a darme almuerzo, a ella le toca hoy.

No importa, ya pasó, ya estoy en mi cama, ahora es cosa de tiempo, unos días; el quirófano, aquí te tienes que rendir, me decía el anestesista, es como subir a un avión, yo pienso eso, cuando vuelo, que ahora me toca a mí rendirme, me tomaba la mano, el estaba tibio, yo helada, no quise pensar más en mis piernas, ni quise intentar moverlas, para no sentir que no las sentía y no entrar en pánico, el anestesista acercó un piso y se sentó detrás de mi cabeza cuando comenzó la operación, tenía su cara casi al lado de la mía, y me dijo, háblame tú, yo soy bueno para escuchar, cuando vio mi cara, dijo, sí, son más los que hablan que los que escuchan, cierto?

Sólo veía las cabezas de los dos cirujanos, que conversaban sobre el último artículo que escribió Cristián Warnken en "El Mercurio", y que hace muchos años atrás él sintió los gritos de una vecina, cuando salió a la calle, vio que ella corría hacia él con un niño en los brazos, el trató de reanimarlo, hizo todo lo que pudo, el niño ya estaba muerto, la madre lo encontró flotando en la piscina, cómo se repone uno de eso, cavilaba el cirujano, después de un tiempo el matrimonio se separó, concluyó triste. Es bueno que Cristián escriba en el diario, dijo el otro cirujano, así se desahoga. Es como una catarsis. Cómo te recuperas de algo así? Qué le dices a alguien en esa situación? Yo cuando estoy en esos casos -decía el cirujano- digo: yo no sé qué haría en tu lugar, no sé cómo podría yo soportar lo que tú estás viviendo. Ese cabro debería tomar antidepresivos, le contestó.
Tenía ganas de decir que Cristián era mi amigo, que trabajábamos hace años juntos en otro diario, pero se me quitaron.
No me dejaba de temblar la mandíbula inferior, el anestesista me hablaba ahora de restaurantes, la comida hindú fue el gusto común. Miraba el reloj, habían pasado dos horas, ya terminaron la pierna izquierda le pregunté, no, si han estado trabajando en la derecha, contestó, ya falta poco, se me ve el poto?, nooo me dijo y se sonrió. Era guapo el anestesista de unos 50 años, ojos claros y firmes, educado y templado, de pronto me dijo, a raiz de no me acuerdo ya qué tema que iba en marcha, -el amor mueve el mundo- y se quedó en silencio. Los cirujanos giraron los ojos hacia él y volvieron a mis piernas.
Cuando el reloj avisaba que ya llevaba cerca de tres horas ahí, ya chiquilla, dijo el cirujano, terminamos, quedaron muy bien tus piernas, se pararon todos, comenzaron a faenar ahora los de abajo, ayudantes enfermeras, cambio de camilla, retiro de equipos, el cirujano fue donde el anestesista, le dio la mano, lo miró de frente y le dijo, como siempre Emilio, estupendo trabajo, él sólo sonrió, se acercó a mí, se despidió y se fue.
Ahora ya me levanto hasta el computador. Mis várices internas ya no están.
En unos pocos días más todo vuelve a la normalidad.
Pero no igual que antes... mejor.
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