26 de septiembre de 2010

De Cadaqués a Caleta Higuerillas

Ya sea por las costumbres, sea por la arquitectura, sea por los cascos antiguos o sea por la calidad de vida, nadie que venga llegando de paseo por Europa se queja demasiado.

Las exclamaciones de admiración es lo que abunda en todo relato posterior al viaje.

Precioso!, la gente es harto educada!, le limpian la caca a los perros!, no tocan la bocina!, construyen con estilo y en el estilo!, conseeeervan las construcciones valiosas! no mezclan cualquier especie arbórea o arbustea! como acá!, decía Ricardo, fíjate no más en esta plaza de al frente (plaza La Reina. La miré, neutra, la he visto tanto que no la veo, como a tantas cosas), mira la mescolanza, ni un criterio, una araucaria, una, con un pino, y un plátano orientaaaal!

Y claro, está a la vista, está demás, se sabe, y el que no ha ido ya lo escuchó.
Que allá los jardines son una fiesta.
La teoría de la defensa de Sudamérica.
0: La Defensa de Chile.

El primer punto de la defensa, es decir, a rebatir al feliz viajero, es que anda de viaje.
Y cuando se anda de viaje se anda contento, la mayoría de las veces.
Y cuando se anda contento se ven las cosas más lindas.
Analicemos la cosa en términos geográficos: un ejemplo cualquiera, el camino Con-cón-Reñaca en comparación con camino costero de la Costa Brava, no repare usted, en el detalle de que en el camino costero Reñaca-Con-Cón exista un lugarejo, llamado también Costa Brava, el tema de la duplicidad de nombres queda para después.

El camino Reñaca-Con-Cón, una maravilla, silvestre como es, conducir casi a ras del mar, y tan cerca de él, no se ve a menudo, un encanto. Usted me dirá que cómo vamos a comparar al mediterráneo pueblo de Cadaqués con Caleta Higuerillas.
No, no se puede. (pero alegremente tararee el tema "Somos novios", de Manzanero, cambiando esta frase por Somos pobres), y obviaremos, por cierto, el olor a mierda empetrolada que se comienza a aspirar pasado Playa Amarilla, concentrándose sólo en el paisaje, mientras las gaviotas graznan (o como se llame el lenguaje de las gaviotas), y el mar retruena por la ventanilla semiabierta de su automóvil.
Reconozca que no hay nada que envidiar, nada. Cachagua, nuestro bello Cachagua, si bien no tiene casco antiguo, algún caserón hay.
Iguales a las casas de la Costa Azul.
Seguramente en un futuro cercano se le nombrará Cala de Cachagua, pero no importa, no se aflija, uno se acostumbra, a mirar la señalética en Santiago de Chile que dice calle Bilbao, y a no ponerse triste.
El tiempo. Comparemos realmente la cosa, no sea demagogo.
Desde la conquista, 1500 hasta ahora, tenemos 505 años, es decir, la tabla de comparación real sería transportarnos al 505 en Europa.
Ya lo sé, me han rebatido que eso en realidad no es real porque los españoles que llegaron acá trajeron parte de esa historia, que no partimos de cero.
Pero si usted tuviera razón , entonces acá contaríamos con la conciencia patrimonial, ecológica y urbana, cosa que no ha ocurrido. Nuestra mitad de sangre mapuche existe y prevalece aún.

Y dígame usted, en qué minuto, podemos nosotros, inventar la escalera mecánica, y los carros de supermercado a los que se les traban las ruedas, si no alcanzamos a sentir la necesidad y ya está el producto creado, instalado, rayado y destruido.
Me acabo de acordar de que está toda toda rayada la Autopista central. Una mierda. Ya lo sé. Pero en Barcelona, las mismas bestias queman las motos que la gente deja en la calle? Me entiende a dónde voy? España. Porque usted dirá, y cómo EEUU, que tiene casi los mismos años nuestros?
Es que allá llegaron los ingleses pues, me contesta!
Y qué? Acaso en este mismo momento a usted le agradaría estar en EEUU? Ve usted?, que en todas partes se cuecen... cosas diversas...

Mire, junte dinero, péguese otro viaje en cuanto pueda, es tan agradable viajar, y luego vuelve, es lo que tenemos, aquí nacimos, no querrá que lo anden tildando después de sudaca.
Caer en el vacío aéreo desde el ABC1 a la Ñ3, sin motivo aparente, no es fácil.
Y que los franceses ni le hablen, porque usted no es francés, y que algún alemán punkneonazi, le pegue una estocada en alguna estación desolada de Moyaburg.
O lo pique la serpiente negra en Australia.
O lo rematen con una bomba medio-oriental en cualquier parte.
Repitamos mejor esa frase católica: Los últimos serán los primeros.

1 Comments:

Blogger TORO SALVAJE said...

Cada lugar tiene su encanto.
Es cuestión de ajustar la mirada.

Besos.

11:47 a.m.  

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