19 de diciembre de 2009






Ha muerto nuestra querida gatita Atún, la mamá de Alvarito y Coco.
Ella fue muy buena madre. Le gustaba tomar agua en el lavamanos y caminaba de una manera tan liviana y saltarina.
Cuando llegaba en la noche, ella comía en una mesa en el cuarto del computador (en la segunda foto), entonces se sentaba ahí a esperar su comida sin maullar, y a mí a veces se me olvidaba entrar allá, y de repente la veía con la cabeza asomada a la puerta mirándome, como diciendo, aquí estoy pues, y siempre me daba risa esa situación.
Hace tres días estaba perfecto, y de repente le vino un colapso a los riñones, la doctora me llamó en la tarde porque estaba hospitalizada en la clínica veterinaria, y me dijo nada que hacer, hay que sacrificarla, entonces le pedí que esperara, para avisarle a mi hija que vive en Francia, porque era su gata, cuando llegué a la clínica había muerto recién de forma natural.
Por suerte que no tuve que tomar yo esa decisión. Eso habría sido terrible.
Se quedará con nosotros en el jardín, debajo del naranjo.

2 Comments:

Blogger TORO SALVAJE said...

Que pena.
Lo siento.

Un fuerte abrazo.

10:51 p.m.  
Blogger Cyllan said...

Oh, los animales dejan mucha huella también. Parece que tuvo una buena vida tu gatita. Salud. Por cierto, que nombre chulo tenía para una gato.

5:51 a.m.  

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